Estas válvulas funcionan mediante la aplicación de una presión mecánica a una sección de la tubería que transporta el fluido, lo que permite controlar el flujo sin la necesidad de interrumpir el proceso de producción.
Una ventaja importante de estas válvulas es que no tienen partes móviles en contacto con el material a dispensar, lo que reduce el riesgo de contaminación y facilita la limpieza y el mantenimiento.